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martes, 28 de abril de 2009

Juan José Saer: un grande‏



Juan José Saer nació en Serodino (Provincia de Santa Fe) el 28 de junio de 1937. Fue profesor de la Universidad Nacional del Litoral, donde enseñó Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica. En 1968 se radicó en París. Su vasta obra narrativa, considerada una de las máximas expresiones de la literatura argentina contemporánea, abarca cuatro libros de cuentos –En la zona (1960), Palo y hueso (1965), Unidad de lugar (1967), La mayor (1976)– y diez novelas: Responso (1964), La vuelta completa (1966), Cicatrices (1969), El limonero real (1974), Nadie nada nunca (1980), El entenado (1983), Glosa (1985), La ocasión (1986, Premio Nadal), Lo imborrable (1992) y La pesquisa (1994). En 1983 publicó Narraciones, antología en dos volúmenes de sus relatos. En 1986 apareció Juan José Saer por Juan José Saer, selección de textos seguida de un estudio de María Teresa Gramuglio, y en 1988, Para una literatura sin atributos, conjunto de artículos y conferencias publicada en Francia. En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, con gran repercusión en la crítica, y en 1997, El concepto de ficción. Su producción poética está recogida en El arte de narrar (1977), paradójico título que expresa, quizás, el intento constante de Saer por –según sus propias palabras– "combinar poesía y narración". Ha sido traducido al francés, inglés, alemán, italiano y portugués.

Entre sus obras:


* En la zona (1960)
* Responso (1964)
* Palo y hueso (1965)
* La vuelta completa (1966)
* Unidad de lugar (1967)
o Verde y negro
* Cicatrices (1968)
* El limonero real (1974)
* La mayor (1976)
o Al abrigo
o En el extranjero
* Nadie nada nunca (1980)
* Narraciones (1983)
* El entenado (1983)
* Glosa (1986)
* El arte de narrar (1988)
* La ocasión (1988)
* El río sin orillas (1991)
o fragmentos
* Lo imborrable (1993)
* La pesquisa (1994).
* El concepto de ficción (1997)
o El concepto de ficción
o Zama
o Di Benedetto
o crítica en La Nación
* Las nubes (1997)
o fragmento
o crítica en La Nación

http://www.literatura.org/Saer/jsTexto9.html
Las nubes

Está viéndose ya en la esquina, bajo el sol, cerca del puesto del vendedor de helados protegido por el toldo a rayas rojas y blancas, anchas. De antemano ha sentido, al cruzar la calle desde la vereda de sombra a la del sol, el asfalto, blando a causa del calor, bajo la suela de sus mocasines marrones. Y ahora, sobre la vereda gris que arde y reverbera en la siesta de verano, su sombra se proyecta a sus pies, encogida a causa de la posición del sol que no hace mucho ha empezado a bajar, lento, desde el cenit.
El cucurucho doble de crema y chocolate que se apresta a tomar será su único almuerzo, y si ha esperado hasta tan tarde ¿son casi las dos y media? para salir de su oficina a comprarlo, es porque ha decidido que el helado debe servirle para tirar sin comer hasta la hora de la cena. El calor es sin duda la causa principal de su frugalidad, pero una especie de estoicismo que podría considerarse como deportivo, producto no de una regla que aplica a su vida entera, sino del capricho del día, le da a esa estrategia física una vaga coloración moral. De modo que se siente bien durante unos segundos, contento, leve, sano y, a pesar de no andar lejos ya de los cincuenta, cree poseer un porvenir –inmediato y lejano? claro, recto y vivaz, igual que una alfombra roja extendida desde la punta de sus pies hacia el infinito. Casi de inmediato, el rigor del verano, el tumulto de la calle, los gases negruzcos que despiden los coches y que envenenan el aire lo retrotraen a un poco más de realidad, a ese término medio del ánimo que equidista de la angustia y de la euforia y que los que creen conocerlo más o menos bien, y él mismo aun cuando por distracción se deja convencer por ellos, llaman con certidumbre injustificada su temperamento.
La ola de calor cocina a la ciudad desde hace por lo menos una semana. Del cielo azul, sin una sola nube, el sol manda una luz omnipresente y ardua, que achicharra los árboles, enturbia la percepción y embrutece el pensamiento. Únicamente de noche el calor afloja un poco, pero con la hora de verano, una decisión administrativa que, como le gusta ironizar, hasta las gallinas reprueban, a esta altura del año no termina nunca de anochecer, y un poco después de las tres de la mañana, cuando a causa del calor uno todavía no ha logrado dormirse, el alba rompe, lívida, por el este, y el sol intolerable reaparece. En las orillas del río la gente se tuesta esperando la noche, la lluvia, las vacaciones, alguna brisa improbable, pero los que trabajan, cuando los observan, sudorosos, desde los muelles, desde algún puente, desde el colectivo, desde el metro aéreo que atraviesa el Sena, los consideran más con escepticismo que con envidia.
Es el seis de julio. El año pasado, después de veinte de ausencia, con el pretexto de liquidar los últimos bienes familiares, Pichón ha visitado por algunas semanas su ciudad natal, de mediados de febrero a principios de abril. A pesar de los años, de las decepciones y de la extrañeza, se ha traído, de vuelta a París, algunos buenos recuerdos, y la promesa de Tomatis de venir a visitarlo, pero pasó un año entero sin que Tomatis se decidiese a viajar. De tanto en tanto, los domingos, se llamaban por teléfono, aunque nunca tenían nada preciso que decirse, y como viven en hemisferios diferentes, de tal modo que cuando uno está en pleno verano el otro ve golpear los puñados de lluvia helada contra la ventana, y como a causa de la diferencia horaria cuando en la ciudad es de mañana en París es de tarde, y cuando en la ciudad es de tarde en París es ya de noche, el tiempo ocupaba una buena parte de sus conversaciones. Hasta que, menos de dos meses atrás, un domingo de mayo en que hablaron un poco más que de costumbre del tiempo porque, a pesar de la diferencia de estación, de país, de continente y de hemisferio, las condiciones climáticas eran idénticas (un día frío y lluvioso), Tomatis le anunció por fin la buena noticia de que a principios de julio pasaría unos días por París.
Pero eso no fue todo: Tomatis le adelantó también que Marcelo Soldi, ese muchacho de barba en la lancha de cuyo padre habían ido un día con los chicos a visitar a la hija de Washington, ¿se acordaba?, tenia la intención de escribirle para mandarle algo que estaba preparando desde hacia algunos meses, y, tal vez con el fin de avivar su interés, Tomatis dejó caer sin darle mayores explicaciones una frase enigmática: "Salió a buscar Troya v casi se topa con el Hades". Pero por cierto que no bromeaba porque, cosa de un mes más tarde, el envío llegó: era un sobre de tamaño mediano, protegido por un forro interior de burbujas de plástico, autoadhesivo, pero al que, por precaución, Soldi había sellado con cinta adhesiva transparente, y que contenía una carta bastante larga y una disquette de la computadora. Soldi masculinizaba la palabra y le ponía un acento grave, lo que por escrito daba como resultado "el disket". En un pasaje de la carta decía: "Aparte de las conversaciones con Tomatis, que a veces pueden exigir cierta dosis de paciencia, me distraen también los paseos en auto, al azar, por el campo, y hurgar viejos papeles que conservan, milagrosamente la mayor parte del tiempo, la memoria de este lugar, o de cualquier otro, si viviese en cualquier otro. Lo que es válido para un lugar es válido para el espacio entero, y ya sabemos que si el todo contiene a la parte, la parte a su vez contiene al todo. No lo hago con veleidades de historiador porque no tengo ninguna fe en la historia. No creo ni que pueda servir de modelo para el presente, ni que podamos recuperar de ella otra cosa que unos pocos vestigios materiales, lápidas, imágenes, objetos v papeles en los que, lo reconozco, lo que aparece escrito puede ser un poco más que materia. Lo que percibimos como verdadero del pasado no es la historia, sino nuestro propio presente que se proyecta a si mismo y se contempla en lo exterior".
Y en otra parte de la carta: "Tengo cierta ventaja sobre otros aficionados a los archivos: le caigo bien a las viejas. El texto que te mando en el disket me lo confió una señora nonagenaria que, me parece, nunca lo leyó. Por suerte para ella, la pobre murió mientras yo lo estaba descifrando y pasando en limpio con total fidelidad, de modo que ya no estaré obligado a contarle vaguedades o a mentirle sobre el contenido de esos papeles, que, en razón de que su propietaria no tenia herederos, deposité en el Archivo Provincial, donde pueden ser consultados, apenas terminé de copiarlos. Nos interesa mucho tu opinión porque, contrariamente a lo que yo considero, Tomatis afirma que no se trata de un documento auténtico sino de un texto de ficción. Pero yo digo, pensándolo bien, ¿qué otra cosa son los Anales, la Memoria sobre el calor de Lavoisier, el Código Napoleón, las muchedumbres, las ciudades, los soles, el universo?". Y por último: "El manuscrito que me dio la anciana no tiene título, pero si entendí bien ciertos pasajes, creo que a su autor no le parecería inadecuado que le pusiéramos LAS NUBES".
El sobre llegó en el mes de junio, el veintiuno para ser exactos, en la puerta del verano. Desde entonces, como estaba terminando el año universitario, entre las reuniones, los exámenes y los coloquios, a Pichón le ha faltado tiempo para enterarse del contenido del misterioso "disket" que se ha estado cubriendo de polvo, abandonado entre libros, cuadernos y papeles sobre su escritorio. El dos de julio, su mujer y los chicos se fueron al mar y él se quedó en París a causa de un par de reuniones que lo demoraron y porque Tomatis le había anunciado su llegada desde Madrid para el siete a la noche. Decidieron de común acuerdo pasar dos o tres días solos en París para charlar a sus anchas, y viajar después a reunirse con Babette y los chicos en Bretaña.
Esta mañana, a eso de las nueve y media, ha asistido a una reunión en la facultad, y después se ha quedado trabajando hasta las dos y media en su oficina, ha bajado a tomar un helado, y se ha vuelto a su casa a dormir la siesta. Como muchos habitantes de la ciudad ya se han ido y los turistas por alguna razón todavía no han llegado ¿tal vez a causa del calor excesivo han preferido el mar o la montaña? la ciudad está vacía y como a causa del viaje de su familia también lo está su departamento, por momentos se establece entre el departamento y la ciudad una curiosa analogía, y como las ventanas están siempre abiertas para aprovechar las corrientes de aire, existe entre la ciudad y la casa una especie de continuidad; por momentos, no se sabe bien cuál de las dos contiene a la otra. Hay un silencio mayor que el de costumbre, y que crece todavía más cuando llega la noche ardiente y pegajosa después del día interminable. En short, con todas las luces apagadas, Pichón suele acodarse en la ventana del segundo piso que da a la calle callada y vacía, y mientras fuma cigarrillo tras cigarrillo, va auscultando, más que los detalles exteriores de la noche, las sensaciones que esos detalles despiertan en él, y que lo retrotraen al pasado, a su infancia sobre todo, por momentos de un modo tan intenso y claro que el tiempo parece abolido, a punto de inducirlo a pensar que muchas sensaciones que él ha creído siempre propias de un lugar, eran en realidad propias del verano.
A eso de las siete, un poco atontado por el calor y por la siesta demasiado larga, sale a hacer algunas compras por el barrio, pero después de pasar un rato en una vinería eligiendo algunas botellas de vino blanco para los días venideros, descansado, limpio y bastante feliz, atravesando el aire azul del anochecer, por las calles calientes, silenciosas y vacías, vuelve a la casa vacía. Apenas entra en ella se vuelve a duchar, se seca con suavidad, aplicando la toalla contra su piel y apretando un poco, casi sin frotar, como se aplica un secante sobre unos renglones de tinta fresca, y se pone, por toda vestimenta, un short limpio. Cena liviano ¿una tajada de jamón, unos tomates, un poco de queso, agua mineral?, pero cuando se sienta frente a la computadora, la pone en funcionamiento e introduce "el disket" para leer su contenido en la pantalla, lo piensa mejor y se dirige a la heladera. Vuelve con una gran taza de loza blanca llena de cerezas que deposita en el escritorio, al alcance de su mano izquierda, entre biromes, lápices, encendedores, un par de paquetes de cigarrillos, y un pesado cenicero de vidrio verde oscuro, grueso. Cuando empieza a leer el texto haciéndolo desfilar en la pantalla de la computadora, y aunque va llevándose a la boca, una a una, sin mirarlas, las cerezas, el gusto, dulce y ácido a la vez, lo hace representarse las esferitas de un rojo vivo igual que si las sensaciones táctiles y gustativas que se van produciendo en el interior de la boca, diesen un rodeo por los ojos, o por la memoria, antes de llegar al cerebro. Grandes, carnosas, frías, gloriosamente firmes y rojas, que, una vez obtenida, y aunque tantos pretendan lo contrario, por casualidad la primera, la materia se puso porque si a multiplicar, son sin embargo, porque corre el mes de julio, las últimas del verano. Y nada asegura que, con la misma liviandad caprichosa con que salieron de la nada a la luz del día, después del verano interminable y negro, volverán a aparecer.

publicado por Seix Barral. ©1997

JUAN JOSÉ SAER

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Actividades para Nivel Secundario
Saer: La literatura es una superstición
Actividades que permiten conocer el pensamiento de Juan José Saer, escritor clave en la escena literaria argentina contemporánea.
Nacido en Santa Fe en 1937, Juan José Saer vivió en París los últimos 30 años de su vida, en los cuales produjo la mayor parte de su obra. Su literatura es finalmente conocida en nuestro país muchos años después de la aparición de sus primeras publicaciones, que tuvieron tiradas pequeñas a las que sólo accedió, inicialmente, su grupo de amigos.

Saer puede ser pensado como un escritor de quiebre; su literatura es difícil de encasillar y catalogar.


Espacio de trabajo: Sobre escritores

Este espacio que proponemos en Ideas para el Aula invita al trabajo en profundidad sobre algunos escritores y su obra. Por eso, desde aquí, nos interesa proponer una indagación sobre temas centrales en relación con sus producciones, como la cuestión de las influencias, el contexto de producción o las características de estilo, entre otras cuestiones.

El trabajo que se propone puede ser llevado a cabo en el aula con tus alumnos, pero también se plantea como una actividad de investigación previa para el docente, para realizar, por ejemplo, junto con tus colegas.


Actividad 1: Saer y su lugar en la literatura argentina contemporánea


Juan José Saer, sobre la narrativa contemporánea

La obra de Juan José Saer está considerada entre las más trascendentes de las últimas décadas en nuestra literatura. Autor complejo y original, creador de una poética personal con fuertes marcas de identidad, Saer se instala en la narrativa argentina como una voz clave. En los últimos años, su obra ha sido objeto de estudio por parte de la crítica académica, a la vez que adquiere un creciente grado de popularidad.

En este espacio de trabajo, te proponemos:

- Relevar los datos principales de su biografía y reconocer su importancia en relación con su producción literaria.
- Investigar acerca de las influencias en su obra: Juan L. Ortiz, Proust, Poe, Faulkner, Onetti, Rulfo, Borges. Profundizar sobre las características que estas influencias imprimen en su obra.
- Reconocer características de estilo: el concepto de ?argumento?, la idea de ?entramado? tanto al interior de una obra como entre obras, la construcción de personajes, la literatura como un objeto que se materializa en una obra, la idea de saga.
- Rastrear aspectos centrales de la mirada de Saer acerca de la literatura argentina.
- Indagar su concepción acerca de la literatura y el lugar del escritor.
- Conocer la opinión de críticos y escritores acerca de su obra.
- Rastrear el lugar y la influencia que Saer tiene en la literatura argentina actual.

Para llevar adelante este trabajo, te proponemos buscar información y profundizar sobre ella a partir de los enlaces que aparecen más abajo. También te invitamos a que realices un trabajo propio de búsqueda de información en la web. Este trabajo de búsqueda de enlaces en Internet se puede realizar siguiendo algunos criterios que se plantean en este documento publicado en educ.ar.

En educ.ar

Entrevista a Juan José Saer

En la web

Juan José Saer (1937-2005): de la voz al recuerdo
Juan José Saer y La Grande
El combate de la lectura



Actividad 2: escritores y vanguardia

Recuperando algunas opiniones y reflexiones que realiza Juan José Saer en la entrevista y a partir de los fragmentos que te presentamos a continuación, te proponemos como actividad de trabajo con tus alumnos una investigación acerca de las vanguardias en el arte.

¿Cómo se definen las vanguardias? ¿Cómo definir a un artista como ?vanguardista??

La definición de un modo propio de crear, de una poética original, acerca al artista que la define a un lugar de ruptura con tradiciones de creación que lo preceden. Para algunos, ser vanguardista es correrse de lo establecido y lanzarse sin mucha percepción del punto de llegada hacia lo desconocido. Sin embargo, esa ruptura es siempre relativa: sabemos que siempre se crea y se produce a partir de quienes nos preceden.

Las influencias definen y delinean un estilo, (a veces, por oposición), es por esto que el interés del observador radicará, en intentar reconstruir y comprender el trabajo que el artista hace a partir de esas influencias, proyectándose hacia un modo de creación propio, con más o menos éxito.

A propósito de las vanguardias y en relación con la posmodernidad, Juan José Saer señalaba lo siguiente:

Para mí la posmodernidad es un movimiento de reacción contra la vanguardia, digo bien "contra la vanguardia", no después de la vanguardia, al decir pos pareciera que hubiese una fatalidad cronológica, pero es una reacción contra la vanguardia, creo que la vanguardia con sus actitudes excluyentes (a mi modo de ver totalmente justificadas) generó mucho resentimiento en el arte y la literatura oficiales, entonces se produjo una reacción. Al mismo tiempo el posmodernismo está muy ligado al mercado porque es la repetición al infinito de las formas y de los géneros ya perfectamente consolidados que tienden a transformarse en productos industriales. Cuando se trata de cuestiones comerciales el cliente quiere reencontrar en su mesa o en su baño siempre el mismo producto, si el producto que le gustó la primera vez varía la próxima vez no lo va comprar, los editores también quieren hacer eso con las novelas, quieren que todas las novelas tengan la misma forma, que se parezcan, que hablen del mismo mundo, etc., porque sino los lectores se les van a ir, por supuesto que en esa actitud de querer oír siempre la misma historia hay una actitud infantil muy fuerte, una pulsión infantil, cuando uno le cuenta una historia a un chico no quiere que se le cambie nada, pero justamente el arte está en contar siempre la misma historia de manera que el oyente se vaya haciendo cada vez más adulto al escuchar todas las transformaciones que esa historia va sufriendo, si nosotros le contamos a nuestros hijos siempre la misma historia y no dejamos que el principio de realidad comience a actuar en su mundo de fantasía quedará siempre como un niño inmaduro y sufrirá mucho en el futuro, en cambio si vamos introduciendo el principio de realidad que se manifiesta a través de la forma y del pensamiento en el acto de escritura, ahí vamos tratando a nuestro lector como alguien cada vez más adulto, más abierto, esa es la diferencia.


El trabajo de investigación que te proponemos aborda las vanguardias en literatura, música y artes plásticas.

a. Las vanguardias a comienzos del siglo XX
Para comenzar este trabajo, podés proponer que los alumnos lean e investiguen sobre algunos de los manifiestos que definieron a las vanguardias de comienzos del siglo XX: el Manifiesto Surrealista, el Manifiesto Dadaísta, los dos manifiestos del Ultraísmo y el Manifiesto de la fundación del Futurismo

A partir de la lectura, podés proponerles que completen un cuadro como este:

Movimiento

Año de surgimiento

Contexto histórico

Principales figuras

Postulados centrales






































A partir de ello, pueden discutir en pequeños grupos y luego entre todos algunos de los siguientes ejes:

- la utilidad que tiene un manifiesto como acción que permite dar visibilidad al grupo que lo escribe,
- la necesidad e importancia que tienen las vanguardias de oponerse y contrastar con movimientos anteriores,
- la importancia de contexto social y político en la conformación de los grupos vanguardistas,
- la ideología que sustenta cada movimiento,
- el impacto de los movimientos de vanguardia de la primera mitad del siglo XX en nuestro país,
- la influencia de las vanguardias de principios del siglo XX en el arte de comienzos del siglo XXI.


Los siguientes enlaces pueden resultar de interés:
Sobre las vanguardias
Más sobre las vanguardias
Sobre el Futurismo
Un Museo Virtual de Surrealismo
Gaudí y Barcelona
Fundació Gala-Salvador Dalí
Tristán Tzara
Borges y el ultraísmo
Museo Xul Solar
Borges sobre Xul Solar
?Los años veinte en la Argentina. Un ejercicio de la mirada?


b. Las vanguardias hoy
En el segundo paso del trabajo la propuesta es investigar sobre la conformación de las vanguardias en la actualidad.

Te sugerimos, como entrada al tema, trabajar sobre la literatura argentina de los últimos años. Una guía de trabajo podría tomar los siguientes ejes:

- investigar la conformación de los diferentes grupos literarios en los últimos cincuenta años,
- profundizar acerca de la importancia clave de algunos autores en la definición de estas tendencias,
- rastrear cómo a lo largo del tiempo diferentes escritores marcaron diferencias con quienes los precedieron, y de qué forma se manifiesta esta operación de ruptura,
- rastrear cómo además de rupturas también se manifiestan continuidades,
- señalar cuáles de estos autores y grupos se pueden definir cómo vanguardistas. ¿Qué características los definen como tales? ¿Qué otros movimientos de ruptura existen? ¿Qué los diferencia de la vanguardia?


Para llevar adelante estas tareas, pueden resultarte de interés los siguientes enlaces:
El mejor Cortázar es un mal Borges
Reportaje a Ricardo Piglia
Sarlo sobre Rayuela
Saer sobre Gombrowicz
A diez años de su muerte, ¿por qué la crítica maltrató a Osvaldo Soriano?
Washington Cucurto, el escritor del país que la literatura no mira

Como siempre, te sugerimos que el trabajo que los alumnos realicen logre sistematizar la información, organizarla de acuerdo a ejes de trabajo, encontrar jerarquizaciones que permitan una mejor aproximación a los materiales, etc.


Para seguir trabajando sobre Juan José Saer, te proponemos otros enlaces de interés:

Retazos de una vida compartida con Juan José Saer en Santa Fe
Sobre Juan José Saer y su relación con el periodismo.

Todos los malentendidos los provoco yo
Fogwill opina sobre Saer y otros temas

Universidad Nacional del Litoral
Sitio de la universidad en la que Juan José Saer dictó clases sobre cine y literatura en la década de 1960.
http://www.encuentro.gov.ar/Content.aspx?Id=147



Autor: Andrés Gomel






más sobre Saer y su obra:


"Si yo pudiera, escribiría un tratado de filosofía en una lengua popular del Río de la Plata. Eso sí que me gustaría."
Reportaje a Saer en Brecha
"...decir que Juan José Saer es el mejor escritor argentino actual es una manera de desmerecer su obra. Sería preciso decir, para ser más exactos, que Saer es uno de los mejores escritores actuales en cualquier lengua y que su obra –como la de T. Bernhard o la de Samuel Beckett– está situada del otro lado de las fronteras, en esa tierra de nadie que es el lugar mismo de la literatura..." –Ricardo Piglia







http://www.literatura.org/Saer/Saer.html



fuente: http://www.literatura.org/Saer/Saer.html

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